La nutrición es la ingesta de alimentos en relación con las necesidades dietéticas del organismo. Una buena nutrición (una dieta suficiente y equilibrada combinada con el ejercicio físico regular) es un elemento fundamental de la buena salud. Una mala nutrición puede reducir la inmunidad, aumentar la vulnerabilidad a las enfermedades, alterar el desarrollo físico y mental, y reducir la productividad. Muchas enfermedades están relacionadas con los desequilibrios en la alimentación, desde la obesidad, el colesterol o los problemas de tensión, hasta la falta de vitaminas o minerales.

Por eso debemos tener mucho cuidado con nuestra alimentación. Esta no debe servir solamente para vivir o saciar el hambre, sino para cuidar la salud y contribuir al bienestar. Una alimentación adecuada cubre las necesidades del organismo, teniendo en cuenta las características personales, con el fin de alcanzar o mantener un buen estado nutricional y de salud. Una buena alimentación no solo mejora nuestro bienestar físico, sino que también interviene en nuestro estado de ánimo, ya que nos ayuda a sentirnos con más energía.

Sin embargo, en ocasiones puede ser difícil obtener todos los nutrientes que necesitamos a través de la alimentación. Ya sea por falta de tiempo, por hábitos poco saludables o por condiciones especiales como el embarazo, la lactancia, el deporte o el envejecimiento. En estos casos, puede ser conveniente recurrir a los suplementos y complementos alimenticios.

Los suplementos y complementos alimenticios son productos que contienen nutrientes como vitaminas, minerales, aminoácidos, ácidos grasos esenciales o fibra. Su función es aportar nutrientes necesarios para nuestro organismo, especialmente en situación de mayor necesidad o menor ingesta. No sustituyen a una dieta equilibrada, sino que la complementan y ayudan a prevenir carencias o deficiencias que puedan afectar a nuestra salud y bienestar.

Existen diferentes tipos de suplementos y complementos alimenticios según su composición y su finalidad. Algunas categorías web son:

- Vitaminas y minerales: son micronutrientes esenciales para el funcionamiento del organismo. Participan en numerosas reacciones químicas y procesos fisiológicos como el metabolismo energético, la formación de tejidos, el sistema inmunitario o el equilibrio hormonal. Algunos ejemplos son el hierro, el calcio, el magnesio, el zinc o las vitaminas A, B, C, D y E.

- Complementos alimenticios: son productos que contienen otros nutrientes además de vitaminas y minerales. Pueden ser de origen natural (como las plantas medicinales) o sintético (como los aminoácidos). Su objetivo es mejorar algún aspecto de la salud o prevenir alguna enfermedad. Algunos ejemplos son los antioxidantes, los probióticos, los omega-3 o los colágenos.

- Complementos alimenticios para adultos: son productos específicos para las personas mayores de 18 años. Tienen en cuenta las necesidades nutricionales propias de esta etapa de la vida y pueden ayudar a mejorar la calidad de vida. Algunos ejemplos son los multivitamínicos para adultos mayores los suplementos de calcio y magnesio para la salud ósea, los suplementos de hierro para prevenir la anemia, los suplementos de colágeno y magnesio para las articulaciones o los suplementos de omega-3 para el corazón y el cerebro

-Complementos alimenticios para niños: son productos específicos para los niños menores de 18 años. Tienen en cuenta las necesidades nutricionales propias de esta etapa de crecimiento y desarrollo. Pueden ayudar a mejorar el rendimiento escolar, el sistema inmunitario, el crecimiento óseo y muscular, la visión o la salud intestinal. Algunos ejemplos son los suplementos de omega-3, hierro, calcio, vitaminas o probióticos.

-Complementos alimenticios para el deporte y el estado de forma físico: son productos destinados a las personas que realizan actividad física de forma regular o intensa. Su objetivo es mejorar el rendimiento deportivo, la recuperación muscular, la hidratación, la resistencia o la fuerza. Algunos ejemplos son los suplementos de proteínas, creatina, aminoácidos ramificados o electrolitos.

-Las plantas medicinales: son productos que contienen extractos o principios activos de plantas con propiedades beneficiosas para la salud. Pueden ayudar a prevenir o tratar diversas dolencias como el estrés, el insomnio, la ansiedad, la digestión, el colesterol o la circulación. Algunos ejemplos son la valeriana, la melisa, la pasiflora, el boldo, el diente de león o el espino blanco.

-Las infusiones: son bebidas que se obtienen al infusionar hojas, flores, frutos o semillas de plantas en agua caliente. Tienen efectos similares a las plantas medicinales y pueden ayudar a mejorar el bienestar general. Algunos ejemplos son la manzanilla, el té verde, el rooibos, la menta o el jengibre.

-Los probióticos: son microorganismos vivos que se encuentran en algunos alimentos fermentados como el yogur, el kéfir o el chucrut. También se pueden tomar en forma de cápsulas o polvos. Su función es mejorar la salud intestinal y reforzar las defensas naturales del organismo. Algunos ejemplos son las bacterias del género Lactobacillus o Bifidobacterium.

Como puedes ver, existen muchos tipos de suplementos y complementos alimenticios que pueden ayudarte a mejorar tu salud y bienestar. Sin embargo, debes tener en cuenta que no todos son adecuados para todas las personas ni para todas las situaciones. Por eso es importante consultar con tu médico o farmacéutico antes de tomarlos y seguir sus indicaciones sobre la dosis y la duración del tratamiento.